Hepatitis: la epidemia silenciosa
La enfermedad que cobra más vidas que el VIH
Al año mueren cerca de 1.4 millones de personas en el mundo por las hepatitis A, B, C, D y E. La mayoría de estos fallecimientos se debe a la hepatitis B y C.
Actualmente, la cifra de muertes por hepatitis supera el número de fallecimientos por VIH o tuberculosis.
De acuerdo con la OMS, el 95% de las personas infectadas por los virus de la hepatitis B o C lo ignoran, pues es una enfermedad asintomática, que frecuentemente es descubierta en etapas avanzadas cuando el virus ha causado lesiones graves en el hígado.
La hepatitis viral es una enfermedad causada por un virus (A, B, C, D o E), el cual provoca la inflamación del hígado y puede evolucionar a cirrosis o cáncer de hígado. La infección por hepatitis puede o no presentar síntomas. Si se llegan a presentar, son similares en los cinco casos:
Orina oscura.
Fatiga intensa.
Náuseas.
Vómito.
Dolor abdominal
Coloración amarillenta de la piel (ictericia)
Hepatitis A
Es causada por el virus de la hepatitis A (VHA). Puede adquirirse por alimentos o agua contaminada, falta de higiene o por contacto directo con una persona infectada. Se puede prevenir con la aplicación de una vacuna. En muchos casos, la infección es leve, y la mayoría de las personas se recupera por completo, sin embargo, esta infección también puede ser grave y poner en riesgo la vida.
La gravedad de la enfermedad y el riesgo de morir se incrementan con la edad. Los niños menores de seis años que se infectan no suelen presentar síntomas apreciables, y solo una décima parte muestra ictericia. Entre los jóvenes y los adultos la infección provoca síntomas más graves y la ictericia se presenta en más del 70% de los casos. A veces, quien se recupera, puede recaer nuevamente, aunque posteriormente sane.
Hepatitis B
Es causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Puede transmitirse de las siguientes formas:
Por transfusión de sangre o productos sanguíneos contaminados.
Procedimientos médicos invasores en los que se emplea equipo contaminado.
De la madre a su hijo durante el parto.
De un integrante de la familia al niño.
Contacto sexual.
Cuando dura más de seis meses, se vuelve crónica, lo que aumenta el riesgo de contraer insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis (enfermedad que causa cicatrices permanentes en el hígado). Con el tratamiento adecuado, se puede evitar la aparición de estas graves apariciones. La mayoría de los adultos infectados con hepatitis B se recupera por completo, incluso si los signos y síntomas son graves. Los bebés y niños son más propensos a contraer una infección crónica (duradera) de hepatitis B. La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura cuando ya se tiene la enfermedad. Cuando una persona está infectada, tomar ciertas precauciones puede prevenir el contagio a otras personas.
Hepatitis C
Es causada por el virus de la hepatitis C (VHC). Algunas de las formas de transmisión son las siguientes:
Por transfusión de sangre contaminada.
Intervenciones médicas o inyecciones con instrumentos contaminados.
Por contacto sexual.
La hepatitis C no se transmite por medio de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por abrazar, besar o compartir comidas o bebidas con una persona infectada.
De acuerdo con la OMS, 71 millones de personas en el mundo padecen la infección crónica por el virus de la hepatitis C y una cantidad importante de ellas presentará cirrosis o cáncer de hígado. Al año 399,000 personas mueren por cirrosis y carcinoma hepatocelular causado por esta enfermedad.
Aunque el tratamiento puede curar más del 95% de los casos de infección por el virus de la hepatitis C, el acceso al diagnóstico y el tratamiento es limitado. En la actualidad los investigadores se enfocan en encontrar una vacuna contra este tipo de virus. Algunas medidas para prevenir el contagio son las siguientes:
Lavarse las manos.
Hacer un uso seguro y apropiado de las inyecciones en los servicios de atención médica.
Manipular y eliminar de forma segura objetos afilados y desechos.
Realizar análisis de la sangre donada para detectar las hepatitis B y C.
Usar preservativos de forma correcta y sistemática.
Hepatitis D
Es causada por el virus de la hepatitis D (VHD), pero la contraen las personas infectadas con el virus de la hepatitis B; la infección simultánea por ambos virus puede causar una enfermedad más grave y con peores consecuencias. Hay vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis B que brindan protección contra esta infección.
De acuerdo con la OMS, 15 millones de personas en el mundo padecen coinfección crónica por el virus de la hepatitis B y D. Aunque no existe un tratamiento eficaz contra la hepatitis D, esta puede prevenirse mediante la vacunación contra la hepatitis B. Las formas de transmisión de la hepatitis D son las mismas que las de la hepatitis B.
Hepatitis E
Es causada por el virus de la hepatitis E (VHE). La principal forma de transmisión es el consumo de agua contaminada, pero existen otras fuentes de contaminación como la carne o productos cárnicos poco cocinados derivados de animales infectados; transfusión de sangre infectada y el contagio de una madre embarazada al feto.
La infección suele ceder sin necesidad de tratamiento y se resuelve entre dos y seis semanas, pero a veces causa insuficiencia hepática aguda, la cual puede ser mortal y es más frecuente durante el embarazo.
Las embarazadas que tienen hepatitis E enfrentan mayor riesgo de insuficiencia hepática aguda en el segundo y tercer trimestres de este período, lo que pone en riesgo su vida y la del feto. En el tercer trimestre se han registrado tasas de mortalidad de un 20 a 25%.
Para prevenir esta enfermedad es importante lavarse las manos con agua limpia, sobre todo antes de manipular alimentos y no beber agua o consumir hielo de pureza desconocida.
Las hepatitis víricas afectan a 400 millones de personas en el mundo y, dada la magnitud de la epidemia, la población en general está en riesgo. De acuerdo con la OMS, el 95% de las personas con hepatitis no saben que están infectadas. Como las pruebas para detectarlas son complejas y pueden ser caras, la OMS asesorará a los países sobre la adopción de estrategias más simples que les permitirán ampliar los servicios necesarios para realizar esas pruebas.
Infórmate acerca de las hepatitis, acude a tu médico y solicita tus pruebas